Columna para El Mercurio de Antofagasta. Marko Razmilic, presidente AIA.
Las opciones presidenciales para la segunda vuelta electoral representan los dos márgenes del espectro político. Entendemos que ambas candidaturas están tendiendo hacia posiciones más moderadas y, por el bien colectivo, esperamos que así evolucionen.
En los últimos días ciertos análisis han buscado interpretar por qué la votación del Norte en primera vuelta estuvo tan alejada de las fuerzas políticas tradicionales. Más allá de una u otra candidatura, nuestra preocupación es otra: vemos a un Estado centralizado y desconectado que no comprende la realidad de nuestras regiones. Y esto aplica especialmente a nuestra tierra nortina, cuna de la minería y motor de crecimiento de este país.
Lo anterior adquiere más relevancia considerando que, según el más reciente catastro de proyectos mineros de Cochilco 2021-2030, la minería sigue siendo el sector que más apuesta por el país: US$68.925 millones. ¿Dónde se concretarán estas inversiones? Antofagasta lidera esta cartera con el 29,5%. Le siguen Atacama con un 26,4%, Tarapacá con un 14,6% y Coquimbo con un 10%. Es decir, la Macrozona Norte en pleno.
El 70,7% de las inversiones se materializarán entre 2021 y 2025. Es decir, en el periodo del nuevo Gobierno y también en el que, de ser aprobada, comenzará a regir la nueva Constitución.
Chile lo ha pasado suficientemente mal en los años recientes. Definitivamente somos un país más empobrecido y, en este contexto, sería una irresponsabilidad destruir nuestro potencial de crear riqueza y beneficios para el conjunto de nuestra ciudadanía. El sentido común y la experiencia nos dicen que la minería necesita de grandes certidumbres para materializar sus inversiones y su creación de valor social. Pero si la minería se encuentra con un entorno hostil, alejaremos las oportunidades de desarrollo que con ella vienen como lo sabemos los nortinos.
En ese sentido, el proyecto de royalty minero tal como está planteado hasta ahora no ayuda en nada. Es de esperar que en los próximos días en el Senado prime la cordura y se corrija, tomando en cuenta la voz regional.
Asimismo, nos preguntamos si la nueva Constitución protegerá el ecosistema productivo del norte de Chile. Lo anterior nos obliga a ser extremadamente responsables: queremos aportar y que nuestra voz sea escuchada. Por lo mismo, como miembros de la sociedad viva de Antofagasta nos hemos inscrito ante la Comisión de Medio Ambiente de la Convención Constitucional.
¿Qué nos mueve? Ser responsables para que la inversión minera y su inmensa cadena de valor productivo, tecnológico, de emprendimiento y de creación de valor social se concreten, beneficiando inclusivamente al conjunto de nuestras comunidades.